domingo, 30 de marzo de 2014

El Destino Fundamental

El Gran Inconsciente está fuera del tiempo y del espacio y solo quiere que estemos absolutamente felices, que nos realicemos y que seamos lo que Somos.

Después de una meditación matinal encuentro esta pregunta en mi mail ¿Todo está escrito en esta vida o podemos modificar nuestro destino? Por supuesto que no soy nadie para dar una respuesta definitiva, pero estas son algunas de las sugerencias que mandé a esta persona.

Puede ser que existan variaciones infinitas de un mismo “destino” en una infinidad de universos paralelos. Considerar esto nos abre la mirada en el sentido que dejamos de sentirnos tan fijados en nuestro pequeño “yo”.

Dejar que coexistan las dos opciones a la vez: todo está escrito (tenemos un karma, la ley de la causalidad supone que cada acción produce un efecto, etc...) Y tenemos libre albedrío (en cada momento mi acción puede ser justa o no-justa, según como actúo se modifica mi destino, etc...)

Considerar que cuando dices “destino” se presentan tres niveles de comprensión del “destino”. Uno es el nivel consciente, y tiene que ver con el poder personal: voy a luchar, o voy a actuar amorosamente, o voy a montar trampas, o lo que sea, para conseguir lo que siento que es justo para mi aqui-ahora. Es el nivel de la acción deliberada, la cual puede ser totalmente lucida pero también totalmente ciega (por ejemplo Hitler ordenó deliberadamente la matanza de millones de personas).

El segundo nivel es psicológico: trata de nuestra formación pasada, de todo lo que nos maneja desde la educación y las huellas del árbol genealógico. En este sentido, podemos decir que el hecho de trabajar para aclarar lo que yace en el inconsciente individual y familiar es una forma de modificar un destino. Por ejemplo y simplificando mucho: si te dan el nombre de tu abuela, tendrás cierta tendencia irresistible a cumplir parte del destino de tu abuela, a menos que te hagas consciente de ello, en cual caso quizás el inconsciente siempre te empujará a actuar mecánicamente desde la repetición, pero ya no estarás tan manejada por ella. Metafóricamente, la repetición familiar es como la atracción terrestre: algunos la padecen con torpeza, y otros bailan utilizándola como acróbatas.

Y por fin, considera el Gran Inconsciente (o consciencia dios interior, Atman, etc. ) o “supra-consciente” (como lo llamaba Sri Aurobindo). Podríamos decir que este es nuestro Destino fundamental. El Gran Inconsciente esta fuera del tiempo y del espacio, solo quiere UNA cosa: que estemos absolutamente felices, que nos realicemos, que Seamos lo que Somos.


Marianne Costa
Imagen: raamon


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