sábado, 30 de mayo de 2015

Abrir


Paréntesis Musical (♫) sugerido para esta lectura:


Todavía acarreas una cierta idea de separación del resto de la existencia. Esa separación te mantiene inaccesible a todas las bendiciones que son tu derecho de nacimiento. Si puedes soltar esas paredes y abrirte a la inmensidad de la realidad, desaparecerás como entidad separada. Pero este es sólo un lado. En el otro lado aparecerás como la eterna, inmensa y vasta realidad: la experiencia oceánica, que es la única experiencia de iluminación o liberación.

Primero tienes que librarte del ego. Ese es tu trauma psicológico, o mejor aún, tu drama psicológico. Hay religiones que han aceptado el falso ego como la consumación de todo, y que no hay nada más allá de él. Esa es la religión de todos los ateos de las diferentes tendencias, de un comunista. Puede que el ateo no sea comunista, pero el ateo de un modo u otro se detiene en el ego; esa es su realidad última. Es el hombre más pobre del mundo. Excepto el ateísmo, todas las demás religiones... porque yo considero el ateísmo también un tipo de religión, una forma de religión inferior a las restantes religiones. El cristianismo, el judaísmo, el mahometismo van un paso más allá. Todas ellas insisten en que tienes que abandonar el ego y reconocer tu auténtica realidad, tu ser real. Pero hay religiones, como el zen, que llegan hasta el final del camino. No se quedan satisfechas sólo soltando el ego. Sólo se quedan satisfechas cuando ya no hay nada más que soltar -se va hasta el sí mismo-, cuando la casa está absolutamente vacía, cuando puedes decir: «Yo no soy». Esta nada crea el espacio para el florecimiento definitivo. No proviene de ninguna otra parte. Siempre ha estado ahí, atestada de muebles carcomidos, de cosas innecesarias.

A medida que suprimes todas esas cosas y tu subjetividad se vacía -exactamente igual que un cuarto se vacía cuando quitas todas las cosas que había en él-, en este vacío de tu subjetividad florece la flor de la experiencia definitiva: ya no eres. Naturalmente, ya no puedes conservar tus antiguas miserias, tus viejos traumas y dramas. No puedes tener ninguna conexión con tu propio pasado; te has seccionado abruptamente de todo lo que solías ser. Súbitamente hay una apertura nueva, totalmente fresca... En cierto sentido, desapareces. En cierto sentido tu auténtica esencia tiene la primera oportunidad de alcanzar plenamente su gloria, su esplendor absoluto.

Esto es lo que es la iluminación. Es un proceso negativo: la negación del ego, de lo psicológico; la negación del sí mismo, de lo espiritual. Sigue negando hasta que no quede nada por negar... iY la explosión! Súbitamente has llegado a casa, junto con la revelación de que nunca estuviste fuera del hogar. Siempre has estado ahí, sólo que tus ojos estaban enfocados en los objetos. Ahora todos esos objetos han desaparecido. Sólo permanece un atestiguar, una consciencia pura. Con este atestiguar concluye toda tu miseria y todo tu infierno. Es también el comienzo de la puerta dorada: por primera vez las puertas están abiertas.

Osho, De la Medicación a la Meditación

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