lunes, 9 de noviembre de 2015

Encuentro Con La Sombra, El Lado Oscuro Del Ser Humano


“Nuestra bestia -aunque la mantegamos enjaulada- permanece viva. Perder el contacto con nuestro estado salvaje, nos aumenta la agresividad”.
— Alejandro Jodorowsky 

Cada uno de nosotros llevamos dentro un Dr. Jeckyll y un Mr. Hyde, una persona afable y una entidad tenebrosa. Bajo la máscara del Yo consciente se ocultan todo tipo de emociones y conductas negativas: rabia, celos, resentimiento, codicia, lujuria, mentira, tendencias asesinas y suicidas... Este territorio inexplorado de nosotros mismos es conocido como la sombra personal.

Todos los sentimientos y capacidades rechazados por el ego y desterrados a la sombra alimentan el poder oculto del lado oscuro de la naturaleza humana.
Nuestra sombra personal constituye una parte del inconsciente que complementa al ego y que representa aquellas características que nuestra personalidad consciente no desea reconocer y, consecuentemente, repudia, olvida y destierra a las profundidades de su psiquismo sólo para reencontrarlas nuevamente más tarde en los enfrentamientos desagradables con los demás.

La sombra aparece continuamente en nuestra vida y podemos descubrirla en el humor (en los chistes sucios o en las payasadas, por ejemplo) que expresa nuestras emociones más ocultas, más bajas o más temidas. También la podemos reconocer cuando nos sentimos abrumados por la vergüenza o la cólera, o cuando descubrimos que nuestra conducta está fuera de lugar. Pero la sombra suele retroceder con la misma prontitud con la que aparece porque descubrirla puede constituir una amenaza terrible para nuestra propia imagen.

La maldad humana es resultado de refrenar nuestra agresividad y de perder el contacto con nuestro estado salvaje.

Sólo podemos llegar a recuperar completamente nuestro Yo y alcanzar la totalidad reconciliándonos con la sombra y emprendiendo el camino que se halla detrás de ella, detrás de su sombría apariencia. Ciertas substancias como el alcohol pueden sacar a la luz los aspectos negativos de nuestra personalidad. No deberíamos desestimar la posibilidad de que la necesidad de beber tenga su origen en los esfuerzos realizados por la sombra para salir a la superficie de la conciencia.

Sólo podemos ver a la sombra indirectamente a través de los rasgos y acciones de los demás. Cuando, por ejemplo, nuestra admiración o nuestro rechazo ante una determinada cualidad de un individuo es desproporcionada es muy probable que nos hallemos bajo los efectos de la sombra. De este modo, pretendemos expulsar a la sombra de nuestro interior proyectando y atribuyendo determinadas cualidades a los demás en un esfuerzo inconsciente por desterrarlas de nosotros mismos.
Encontrar la propia sombra, enfrentarse con ella, aprovechar su poderosa energía, todo ello pertenece a la autorealización más profunda del ser humano. Recuperar la parte rechazada de nosotros mismos nos permite aprovechar las emociones negativas, superar la culpa, reconocer nuestras proyecciones y alcanzar la autoaceptación. Porque en la oscuridad de la sombra está también nuestra plenitud.

Fuente: Psicorenacer 
Imagen: Joel Robison

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